En marzo de 1921 se instaló en la Escuela de Maranga la misión comercial de la Casa Gio, Ansaldo y Cia. de Turín (Italia) con la finalidad de promover la venta de aviones Ansaldo en el Perú; encabezada por el ingeniero Alberto Piazzini y teniendo como pilotos al capitán Enrique Rolandi Zanelli y al teniente Giannino Ancilloto. Los seis aviones que trajeron eran dos Ansaldo SVA, dos A-1 Balilla y dos A-300. Uno de los A-300 encontró su fin el 14 de diciembre de 1922, al estrellarse en la cordillera de Los Andes durante la primera etapa del raid Lima-La Paz, muriendo nueve horas después del accidente por falta de atención médica el piloto teniente César Cossío Becerra y quedando grávemente herido el mecánico Octavio Méndez Ibañez.

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